Joan Alabart ha sido uno de los pilotos más activos en los eventos de RallyClassics en los últimos años. Recuerdo, por ejemplo, su amabilidad al cedernos unas novedosas vitrinas iluminadas para anunciar el Montjuïc Revival, en 2012.
Desde entonces coincidimos en muchos circuitos con motivo de las Classic Series, y el roce hace el cariño, especialmente con las personas buenas como Joan.
El cambio del Porsche por un Motorhome, para poder hacer más cómodas las carreras a su mujer y a su nieto, mientras que él con un Golf ya disfrutaba lo suficiente, es solo un ejemplo de la bondad de este piloto.
“Me gustan las mangas largas y con tiempos de referencia automáticos…” solía decir, “…así no tengo que molestar a nadie para que me ayude en el muro”.
En las 6h EndurLarity o en las Porsche Classic Series era de los primeros en inscribirse. De los que nunca fallaba.
En las últimas -pocas- citas de este pasado 2020, le vimos compartir coche con su hijo, porque estaba malito y no aguantaba la carrera entera; y no tuve oportunidad de verle y acompañarle como hubiera querido, porque la pandemia recomendaba el mínimo contacto posible, y más en su caso, que se estaba tratando.
Ayer recibí la llamada de un buen amigo, de parte del hijo de Joan, para informar de su fallecimiento. Me quedé helado. Él era uno de los nuestros, de la familia de RallyClassics, un piloto demasiado joven para morir con la cantidad de vida que rebosaba.
Et trobarem molt a faltar, Joan!
Un abrazo fuerte y sentido a toda la familia y amigos.
Alex Romaní
